Hace tiempo ya que te mandé esto
(era una mañana de sol y me querías. Y yo a ti)
El sol te saluda a cuatro manos
y la fiesta está en el fondo de mis ojos (eso me dicen)
(Cuando los espejimos se reunieron en subasta
alguien lanzó tu nombre y nadie supo pronunciarlo:
buscaban espejismos y no sabían que había trampa.
Yo te vi de veras y y supe decirte hola)
Ya no hay fiesta en el fondo de mis ojos (eso me dicen)
Quedan las mesas llenas de botellas de refrescos a medias,
vasos sucios, algunos volcados.
Y no tengo ganas de limpiar.
Pero ahí voy, recogiendo de a poquitos.
Dios, cómo duele todo.
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