Aquélla fue una película muy buena (lo sigue siendo y os aconsejo verla: incluso la hay en youtube): La estrategia del caracol (1993), de Sergio Cabrera nos cuenta una historia sobre la solidaridad, la libertad, el acoso del capital (inmobiliario, en este caso), entretejiendo la narración sombre un entramado de personajes, todos principales, de diferentes lases sociales, ideologías e ideas políticas.
Uno lee esas palabras (las que están en negrita) y no puede evitar pensar en lo que ha pasado y está pasando en las plazas españolas, y especialmente en todas las plazas aledañas de la Puerta del Sol, ahora que la plaza ha sido tomada por las furzas del Estado (militar, que no de derecho). Y entonces se le mezclan a uno los conceptos en la cabeza: estrategia, caracol, solidaridad, elecciones, fuerzas del orden, violencia, otra vez elecciones, otra vez estrategia... y surge un puzzle ya terminado que muestra un panorama muy manido y bastante desagradable (cosa que, dicho sea de paso, suele pasar con los puzzles).
Digo que el panorama esta muy trillado ya porque se trata de una estrategia utilizada por las derechas en muchas ocasiones: crear crispación, un ambiente muy muy cargado, algún estallido de violencia extrema y, con ella, la necesidad de orden y seguridad. Cuando pasa eso, suele haber votaciones poco después. Y las derechas se suelen hacer con el poder. Un ejemplo de lo más eclatante: tras el "Winter of descontent" de 1979, en el Reino Unido, quien ganó (y con una inmensa mayoría) fue la Thatcher. La Dama de Hierro.
Un inciso: Algunos han ido más lejos y hasta han creado una teoría (aplicada profusamente en el mundo entero en los últimos 30 años) llamada la "doctrina del shock". Un libro —y un documental que se puede ver en youtube, también— de Naomy Klein, la famosísima autora de NO LOGO, explican su aplicación político económica: horrorifico (algo tendrá que ver con el hecho que ese documental no ha sido pasado en los cines de España, Italia, Portugal y Grecia... en Francia sí, y en Alemania también). SI no lo has leído o no has visto el documental, pues, te ruego que te tomes una hora y 20 minutos y lo hagas. Ya.
Ahora bien, este otoño va a ser caliente y eso lo sabemos tanto los que formamos parte del movimiento 15M como los que nos sacan de las plazas a porrazos. Pero hay gente que ha aprendido bien la lección sobre cómo utilizar estos movimientos para expandir la base electoral de la derecha y está empezando a aplicar la estrategia. Ahora mismo. Con el desalojo de la Puerta del Sol. Y con los accidentes que probablemente (espero de corazón que no los haya) que van a ocurrir si se persiste en aplicar estrategias (estúpidas) de guerra intentado "retomar" Sol.
Porque esto es precisamente lo que esperan que pase. Y si no pasa hoy o en los próximos días, podéis estar seguros que otras ocasiones serán creadas para que eso pueda pasar antes de que lleguen las elecciones (la visita del nazi-papa, por ejemplo, es un platito suculento y un momento ideal para que algo chungo pase)
Somos muchos, es verdad, y es posible que la plaza se "retome". Pero a costa de qué. Y para qué. No van a permitir otra acampada: esta vez habrá hostias a man salva.
Es por eso que se me ocurrió lo de la estrategia del caracol. ¿Qué hace un caracol? Se lleva la casa a cuestas. Se mueve, sin desplazarse demasiado, con lentitud. Pero se lleva su casa —y aquí casa o tienda es lo mismo— adónde se mueva. Lo importante es seguir estando. Y protestando. Y generando simpatías. No hay nada que reconquistar: Sol no se ha perdido: la Puerta del Sol la llevamos dentro todos los que hemos estado en las plazas y también mucha gente que nunca ha estado. SI njos echan de Sol, que lo han hecho, hay otras plazas. Y habrá otras. Pero hay que ser listos: hay que evitar que puedan salirse con la suya y generar violencia y acusarnos de esa violencia. No hay que dejar que una estrategia tan manida pueda tener éxito otra vez.
Esta vez no.