18 Dec 2011

A-Dios

[...]
y si lo pienso,
habría querido convidar a Dios
para que presidiera nuestra mesa,
a Dios pero sin verbo
sin prodigio
y sólo para yo saber,
que Dios está en todas partes:
también en ese plato de cebollas que te pongo delante,
como postrera tentativa
de percibir la sombra de una lágrima en tu rostro,
una mínima ficción de sentimiento
y tener a Dios,  ese Dios del que me hablaste,
como testigo.


(Gracias a Andrea Conte Botero por el hermoso verso que me ha abierto la boca, y guiado mis dedos sobre el teclado)