Original illustration by Norma Bars - The Guardian (refaced by me) |
Lo hemos visto en películas, más de una vez: no pagas la deuda que has supuestamente contraído (real o inventada: ese "pizzo" que se te obliga a pagar por una supuesta protección) y entonces —en la cruel y despiadada tradición y lógica mafiosa— te conviertes de amigo/socio/protegido en un enemigo. Y como enemigo eres castigado: terminas muerto o tullido (en este útlimo caso, la muerte es simbólica: ya no puedes trabajar para pagar tu deuda y tus castigadores, además, te destinarán una pequeña pensión vital, para que sepas que vives dependiente de ellos, igual que antes, pero mucho peor).
A golpes de bates de béisbol —al estilo de los Mobs estadounidenses— o con una bala de "lupara" en el más tradicional estilo Siciliano y, en ambos casos, con el cuerpo dejado en un lugar bien visible para que sirva de amonestación y guía. A los que no pagan se les mata/invalida así (otros tipos de muertes se reservan a los que hablan demasiado, o a los que investigan y hay una intricada y confusa esotericidad relacionada con la elección de los modus occidendi).
Una persona sabia sabe que a la vaca, para poder ordeñarla, hay que darle de comer. Sin embargo, si es verdad que la sabiduría es el producto de la experiencia de años y siglos de existencia humana, es fácil imaginar que sabidurías puede haber más de una. Como ésta que acabamos de describir: la sabiduría de la violencia mafiosa. Esa sabiduría que sabe que imponer —pena la muerte o la invalidez— a un ser sintiente, que se deje ordeñar sin que se le dé apenas comida, muchas veces —muchísimas veces— funciona y da sus resultados. La mafia funciona así.
Y la Troika también. Ese triumvirato que firma los destinos y las sentencias de los que pertenecen a este club europeo —Lagarde, Junker, Draghi o, de otra manera, FMI, EC, BCE— mata o invalida al deudor para que sea de ejemplo y amonestación para todos los demás. Mano dura con los rebeldes para que a nadie se le ocurra rebelarse (máxime si se piensa que las elecciones del otro posible contagiado por la rebeldía —España— están a la vuelta de la esquina).
Sin embargo, hay veces en las que la violencia ya no es fruto de sabiduría, sino de pura tradición y —sobre todo— costumbre. Y lo que pasa es que cuando esa violencia no va acompañada por las gafas de esa aborrecible sabiduría, se mueve como si ya no tuviera casi ojos: ciega y miope, no ve más lejos de sus narices. Y la caga.
No ver cuáles pueden ser, en un plazo no muy largo, las consecuencias de esa lógica mafiosa —aunque vestida de azul eléctrico y con estrellitas— nos puede costar caro a todos. Basta con que la troika siga con su ceguera y luego todos pagaremos. Es cuestión de tiempo.
Para ver cómo opera esta mafia en azul, tecnócrata (dicen) pero política y apegada al poder en realidad, basta ver el documento retocado por ellos (lo publicó el Wall Street Journal). El track changes en rojo enseña todos los cambios de la Troika: aquí se ve cómo con ensañamiento casi maniacal ha eliminado toda referencia a los "más necesitados" («most in need») Ha negado la posibilidad de mantener un IVA más baja (13%) para los alimentos básicos (en lugar de "Basic food" escriben "unprocessed food", es decir, materias primas como la fruta, verdura (para poner un ejemplo, la harina sería un "basic food", pero el pan, la pasta, no, porque son "procesados", con lo cual el IVA aplicada sería del 23%) y el IVA al 6% para los materiales médicos (cambian "medical supplies" por "Pharmaceuticals", con lo cual el IVA al 6% sólo quedaría para los productos farmacéuticos, dejando con un IVA mucho mayor todos los demás productos médicos).
Cierro con una cita del artículo publicado en El País por Paul Krugman en el que afirma que Grecia sí debe salir del euro. (Yo no soy economista y muy poco entiendo de economía, y este señor Krugman, Nobel en Economía en 2008, a menudo ha dicho cosas que me repatean, pero otras me ha fascinado).
"No nos dejemos engañar por aquellos que afirman que los funcionarios de la troika son sólo técnicos que explican a los griegos ignorantes lo que debe hacerse. Estos supuestos tecnócratas son, en realidad, fantaseadores que han hecho caso omiso de todos los principios de la macroeconomía, y que se han equivocado en cada paso dado. No es una cuestión de análisis; es una cuestión de poder: el poder de los acreedores para tirar del enchufe de la economía griega, que persistirá mientras salida del euro se considere impensable."
Para terminar, y para ver de qué manera las dinámicas mafiosas se han vestido de blu, dipinto di blu y han cambiado su bilingüismo sículo-inglés al alemán y al inglés europeo que se habla en Bruselas, aquí va el último artículo de Yanis Varoufakis, en The Guardian.